La llave de una selección competitiva está en Bélgica


Eupen es una pequeña ciudad belga de apenas unos 18.700 habitantes. Está situada en la provincia de Lieja, a unos escasos 12 quilómetros de la frontera con Alemania. Esta cercanía geográfica ha creado numerosos lazos con el país teutón y Eupen es considerada la capital de la comunidad germanófona de Bélgica. Además, Eupen es la sede de un equipo de fútbol de la segunda división belga, el K.A.S. Eupen. El pequeño estadio local conocido como Kehrwegstaion, de solo 8.363 localidades y solamente 5.366 sentadas, es donde los “Pandas” juegan sus partidos de local. Este modesto club es interesante por dos motivos. El primero es que ha luchado por el ascenso a la Jupiler Pro League en las dos últimas temporadas. El segundo motivo es que desde 2012 el club es propiedad de la fundación de Qatar Aspire Zone, quienes también son propietarios del gigante francés PSG.

Akram Afif es uno de los qatarís del K.A.S. Eupen
¿Cómo acaba una fundación de Qatar comprando un equipo de fútbol de la segunda división belga? La respuesta la encontramos en la designación de Qatar como sede del Mundial de 2022. Con el objetivo de los futuros anfitriones de disponer de una selección competitiva para ese torneo nació en 2007 Aspire Football Dreams, un proyecto dedicado a fomentar el fútbol y acercarlo a niños que por su situación no pueden disfrutarlo. Esta iniciativa cuenta con una academia de fútbol en Saly, Senegal, y en ella se entrenan y forman niños de más de 15 países distintos. Los seguidores del fútbol formativo pueden confirmar el buen hacer de esta academia ya que sus equipos vienen siendo protagonistas en los torneos internacionales de categorías inferiores en los últimos años por su buen juego y resultados. El trabajo que están realizando unos técnicos con claros aires azulgrana, pues muchos de ellos trabajaron en la Masía, está dando interesantes frutos.

La diferencia en el físico es muy importante
Para ofrecer escenarios de mayor competitividad a estos chicos Aspire compró el K.A.S. Eupen. Este modesto club de la segunda división belga permite a los jóvenes valores de la academia dar el salto al fútbol europeo en un entorno controlado a la par que competitivo. En Eupen los chicos pueden seguir con su progresión bajo la atenta mirada de Aspire y al mismo tiempo competir contra equipos más curtidos tanto física como mentalmente. En la elección del club belga como equipo satélite influyó de forma decisiva la legislación belga, que permite a un equipo tener tantos jugadores extracomunitarios como quiera siempre que sean mayores de 18 años. Siguiendo esta normativa Aspire ha colocado hasta 21 jugadores de una plantilla de 32 que tienen 21 años o menos. La media de edad del equipos es de solo 23’3 años, una cifra maquillada solamente por la presencia de varios veteranos belgas y españoles que ayudan y guían a los jóvenes valores africanos. Entre estos encontramos ahora mismo a Luis García, ilustre delantero en clubs como el Espanyol o el Zaragoza.

Esta imberbe plantilla ha luchado los dos últimos años por el ascenso a la máxima categoría del fútbol belga. Sin embargo el equipo dirigido por el ex españolista Tintín Márquez se ha quedado en la fase de Play off. En la liga belga solo el campeón tiene plaza directa hacia primera. El segundo ascenso se lo deben jugar los campeones de cada uno de los tres tramos de campeonato en que se divide la liga belga junto con el penúltimo clasificado de primera. De momento el equipo de Aspire aún no ha podido superar este listón a pesar de las buenas actuaciones de veteranos como el francés Florian Taulemesse o el catalán Víctor Curto.

Ahmed Doozandeh jugando con Qatar
En el K.A.S. Eupen hay hasta 6 jugadores qatarís pero el resto de miembros provenientes de la academia Aspire tienen distintas nacionalidades, principalmente africanas. ¿Cómo va a ayudar este equipo a mejorar la selección de Qatar? Pues por una parte ofrece la primera experiencia profesional europea a jóvenes futbolistas del país árabe como son los casos de Afif y Doozandeh. Esta oportunidad para los chicos de Qatar era prácticamente imposible de imaginar sin el proyecto Aspire. A parte de eso, existe otro factor a tener en cuenta. Los miembros de la academia Aspire de otras nacionalidades como pueden ser Senegal o Nigeria podrán defender los colores de la selección de Qatar si juegan 5 años en la liga qatarí, la Qatar Stars League. De cumplir este requisito podrán adquirir la nacionalidad de este país, aunque la academia Aspire no impone esta nacionalización como requisito a sus integrantes. Cada joven es libre de elegir con qué equipo nacional quiere jugar, y además puede jugar con su propio país en categorías inferiores si ningún problema.


Aspire forma futbolistas y personas
Algunos dirán que el proyecto Aspire se basa en el tráfico de niños para profesionalizarlos en la práctica del fútbol. Que escoger 30 niños entre 750.000 no se puede definir como un proyecto humanitario. Lo cierto es que de no existir la academia Aspire la vida de muchos niños sería mucho peor. No todos pueden llegar a convertirse en futbolistas pero abrir puertas para la gente que siempre las ha tenido cerradas no puede ser malo, aún cuando algunos acusen de mercantilizar la vida de estos chavales. Aspire enseña fútbol y los valores que lo acompañan. El proyecto está dirigido por antiguos integrantes del organigrama de la Masía del F.C. Barcelona, un modelo formativo integral basado en crecimiento futbolístico y crecimiento a nivel personal y cultural. El dinero proviene de Qatar pero los qatarís no son los únicos beneficiados. Para mi es suficiente para considerarlo una buena idea.