Batalla por el falso nueve

Soy consciente de que el mundo del futbol no discute a Leo Messi, ni mucho menos el barcelonismo, pero me gustaría hacer una pequeña comparación entre los distintos jugadores que han ocupado el falso nueve blaugrana estos últimos partidos y qué han aportado. Tres son los nombres que vamos a tratar, el susodicho Leo Messi, Cesc Fàbregas y el último en degustar ese espacio en el equipo catalán, Neymar.


Sobre Leo Messi no hay mucho que contar. Todo el mundo lo ha visto y ha quedado fascinado con sus virtudes. Desde el salto al falso nueve proveniente del extremo derecho el argentino multiplicó su pegada consiguiendo cifras cada vez más abrumadoras. Ahora bien, en un juego colectivo es un error frecuente fijarse en un solo aspecto del juego y no ir un poco más allá. La ascendencia en el juego colectivo del argentino es máxima. Todas y cada una de las jugadas deben pasar por sus botas. En partidos un poco trabados baja a la línea de medios para crear, iniciar la jugada que, al cabo de una serie de pases, vuelve a sus pies para que finalice. Es éste el factor determinante, todas las jugadas deben ser finalizadas por Messi y eso resta productividad a sus compañeros, los cuáles juegan encorsetados por el sistema. Pero claro, hablamos de Messi, un tío que mete más de 60 goles por temporada. Una auténtica barbaridad. ¿Vale la pena el aumento de previsibilidad y el escaso bagaje del resto de atacantes para potenciar al máximo al astro argentino? Eso es lo que tiene que valorar el “Tata” Martino.

El segundo nombre es Cesc Fábregas. El de Arenys ha desempeñado este rol en la selección y en el Barcelona, y sus características no podrían ser más distintas a las de la gente que sustituye. En la selección normalmente se jugaba con un delantero centro clásico. Es lo que pasa cuando tienes a todo el Barça menos a Messi. Obviamente el catalán tiene menos pegada que gente como Soldado, Llorente o Negredo, pero no anda mal servido de esta cualidad. Lo que si aporta es mucha más movilidad, bajar a ayudar en la gestación de la jugada y un importante trabajo defensivo. En el Barcelona mantiene estas cualidades, añadiendo un plus de juego aéreo del que va escaso el equipo. Sus internadas sorprendiendo le han granjeado grandes elogios pero es en la presión y el trabajo defensivo donde más se distancia de Lionel. El argentino muchas veces se desconecta en transición defensiva. Solo presiona cuando ve clara la opción de robar mientras que Cesc corre como el que más incordiando a las defensas contrarias. Un perfil con mucha menos pegada pero con más trabajo de presión.



El último que ha ocupado esta posición ha sido Neymar Jr. El brasileño está creciendo a pasos agigantados desde que llegó a la ciudad condal. Con mucha movilidad, alterna bien posiciones con el resto de compañeros de ataque. Cada vez asume más responsabilidades, y sin la presencia de Messi intenta en muchas más ocasiones el dribbling para desbordar. De momento ha demostrado una cierta falta de definición, y es que el joven astro está más pendiente de hacer jugar a sus compañeros que de meter gol. Tanto es así que ante el Valladolid marcó porqué sus compañeros no quisieron que se marchara sin conseguirlo, mientras él disfrutaba más metiendo pases claros de gol a los otros. Si con Messi las jugadas deben terminar en él, con Neymar deben terminar en otros compañeros. Esto favorece que el resto de atacantes brillen más y que se repartan las alternativas de cara al gol, haciendo más imprevisible el juego azulgrana.


Aunque se han reseñado tres jugadores para un puesto, está claro que el mejor espacio para Cesc es en el medio, llegando desde atrás y acelerando las transiciones cuando hay espacios. Es pronto para decir si la llegada de Neymar afectará al rol de Messi en el equipo pero está claro que en Brasil 2014 van a ser los referentes ofensivos de sus selecciones y, quién sabe, quizás lo que pase ahí afecte a sus funciones dentro del Barça.