El jardín de Eden
Bélgica, ese
pequeño país de diez millones y medio de habitantes vuelve a una Copa del Mundo
por la que no se paseaba desde hace 12 años, dónde perdió en octavos ante la
Brasil que posteriormente se coronaría campeona. El país que ese 17 de junio de
2002 fue odiado por todos los seguidores de los diablos rojos es el escenario
más deseado por éstos ahora en 2014. Se cierra el círculo y la selección belga
volverá a disputar un Mundial, pero atención, la sensación de ser una comparsa
más no es lo que toca. Bélgica viene a ser protagonista.
El 11 de octubre
de 2013, alrededor de las 8 de la tarde, los Hazard, Defour, Lukaku y compañía
cerraban su pase en el siempre difícil campo del Maksimir Stadion, en Zagreb.
Delante tenían a una buena Croacia que se jugaba sus últimas opciones de ser
primera de grupo. Ahora los balcánicos se lo van a jugar todo en una repesca
que se presenta harto complicada, donde pueden caer equipos como Francia,
Inglaterra o Portugal. Llegar a Brasil está caro, no en vano se prevé que sea
el Mundial más espectacular de todos los tiempos. Los belgas quieren poner su
granito de arena para que así sea.
El partido de
Zagreb dejó algunos destellos de brillantez que pasaran a formar parte de la
memoria colectiva. El principal, los dos grandes goles de Romelu Lukaku, todo
potencia, atravasendo el campo y dejando rivales atrás por velocidad para
definir con cierta fortuna en el segundo, pero siempre con solvencia. En el
primero, amago de disparo con la izquierda y quiebro hacia la derecha para
definir con tranquilidad y con Pletikosa tumbado en el suelo. El segundo,
intentando picar por encima, fue parcialmente parado por el portero, pero
terminó siendo empujado dentro por el imparable jugador del Everton. También
hubo pasajes de futbol combinativo de fantasía entre los Fellaini, Defour,
Hazard, De Bruyne, Lukaku y Witsel, un arsenal que puede rivalizar con
cualquiera.
De cara a la Copa
del Mundo ya se empieza a visualizar el equipo titular. En la línea de medios
se impone el antiguo trivote del último gran Standard de Lieja con Defour,
Witsel y Fellaini. A diferencia de hace unos años, ahora es Witsel el jugador
más posicional, dejando a Defour descolgarse un poco más y con Fellaini un poco
avanzado. Arriba tenemos al mago Hazard que, de momento, está acompañado por el
joven De Bruyne. Está por ver si llegará éste como titular debido a su
suplencia continuada con el Chelsea. Su competidor, Mirallas, está jugando
mucho y bien con el Everton y puede ganarle el sitio, aparte del rol que pueda
jugar Dembélé. Arriba se perfila como titular Lukaku, el cual parece superior a
Benteke, el delantero del Aston Villa. Si los dos siguen jugando con asiduidad
en sus clubs será el gigante Romelu el titular.
En zona defensiva
se prevé la titularidad de Courtois por delante de Mignolet en la portería. El
joven arquero del Atlético de Madrid transmite más confianza que el del
Liverpool y ya lleva un tiempo imponiéndose en las alineaciones de salida. La
defensa propiamente dicha presenta una peculiaridad y es que de sacar el once
clásico Bélgica forma con cuatro centrales, dos reconvertidos en laterales. El
overbooking de buenos centrales y la escasez de buenos laterales empujan al
seleccionador Marc Wilmots a reconvertir a Vertonghen y Alderweireld como
laterales zurdo y diestro respectivamente. En el centro Vermaelen, Kompany, Van
Buyten y Lombaerts se disputan los puestos.
La Bélgica que
llegará a Brasil 2014 es un equipo potente. Es difícil igualar su mejor
actuación, una cuarta plaza en Méjico 1986, pero peores equipos a esta Bélgica
han llegado a semifinales en los últimos años. El equipo goza de nombres
importantes en todos sus puestos, exceptuando quizás los laterales, y tiene en
Eden Hazard un superclase que les puede llevar a la cima. Todo el mundo los
señala como los grandes candidatos a revelación, cosa que implica que de no
serlo se considerará un gran fracaso. Mimbres tienen para hacer de los campos
de Brasil 2014 el jardín de Eden.