El falso clásico del fútbol australiano
Hace unos días se
disputaba en la A-League australiana el partido entre el Sydney F.C. y el
Melbourne Heart, o lo que es lo mismo para el espectador occidental, Alessandro
Del Piero contra Harry Kewell. Ambos jugadores apuran sus últimos días en
activo participando en la operación de promoción del fútbol en Australia.
Grandes jugadores en el ocaso de sus carreras han llegado a la liga estos
últimos años a cambio de buenos salarios para intentar subir el nivel de los
equipos locales.
Para el espectador no
habitual de la liga australiana los datos comentados hasta ahora le harán pensar
que éste partido era el clásico de esa liga pero no es así precisamente. El
Sydney F.C. es el equipo más potente del país a nivel económico y sus grandes
nombres son, a parte del mencionado Del Piero, el serbio Ranko Despotovic,
Brett Emerton, los medios australianos Richard García y Nick Carle, así como
los defensas Terry Antonis y Predrag Bojic.
Por su parte el Heart de
Melbourne es uno de los equipos pequeños de la A-League. Ni siquiera es el
primer equipo de la ciudad, honor que corresponde al Melbourne Victory, pero
aún así tiene a Harry Kewell en sus filas, seguramente el mejor jugador de la
historia del fútbol australiano. Sus jugadores más conocidos son el delantero
de Malta Michael Mifsud y el australiano David Williams, el medio holandés
Orlando Engelaar, el liberiano Patrick Gerhardt Nyema y el central holandés Rob
Wielaert.
El partido del 15 dediciembre que enfrentó ambos conjuntos terminó 2-1 para el equipo de Sydney.
Marcaron Del Piero y Despotovic para los locales y acortó distancias Mifsud.
Kewell habría podido cambiar el signo del partido si hubiera aprovechado un penalti
claro a su favor pero su horrible lanzamiento se escapó por la izquierda del
portero. El Heart tuvo muchas ocasiones pero su falta de puntería lo condenó. A
día de hoy ninguno de los dos equipos puede estar contento ya que los de Sydney
van quintos y el Heart es colista en una liga de 10 contendientes. El líder es
el Brisbane Roar impulsado por los goles del albanés Besart Berisha, un viejo
conocido de la Bundesliga.
Desconozco si es causa o
efecto pero estoy convencido de que existe una relación entre el bajo nivel de
la liga australiana y los estadios vacíos cuando hay partido. El fútbol no es
ni mucho menos el deporte nacional y eso se nota en el número de aficionados y
de licencias federativas. La operación iniciada con la voluntad de mejorar el
nivel competitivo de los equipos locales puede ser una buena maniobra. Esta
misma operación se está produciendo también en las ligas japonesa y china, así
como en la MLS norteamericana. La globalización como camino a la
competitividad, un debate que va creciendo y que nos tendría ocupados durante
horas.