Eso que nadie quiere admitir



Seguramente lo más difícil en esta vida es saber cuando uno debe dar un paso atrás y admitir que ya no está capacitado para llevar el peso de una tarea de alta dificultad. Esto es un poco lo que está sucediendo en Barcelona últimamente. Es fácil decir esto después de dos derrotas pero son muchas las voces que cada vez más se alzan con este argumentario.

Tanto en Amsterdam como en Bilbao se vieron esos defectos que ya hace tiempo que se intuyen pero que se disimulan con los resultados. La falta de intensidad es un mal que no es nuevo sino que ya hace casi tres años que se pasea por el Camp Nou. Teniendo la pegada de Messi y las manos de Valdés es más fácil ganar, incluso con algunos miembros del once sin dar su máximo rendimiento. La calidad técnica es innegable pero lo que hizo grande al Barça de Guardiola de los primeros años fue esa hambre que mostraban sus jugadores. Mordían a los rivales y la pelota tardaba poquísimo en volver a sus pies. Eran otros tiempos.

Ahora mismo el desempeño físico de Xavi, Iniesta y Busquets ha descendido mucho. A Xavi le pesan los 33 años en sus piernas y eso se nota. Iniesta se va a los 29 pero nunca ha destacado por sus capacidades físicas y puede ser éste el punto de inicio del inevitable declive de rendimiento. Busquets aún es joven pero no es capaz de sostener el sólo la media y cubrir las subidas de los laterales al mismo tiempo. Es humanamente imposible.


Para que todo el engranaje de presión avanzada funcione correctamente es necesario que los delanteros hagan un fuerte trabajo de desgaste. Neymar no trabaja en defensa como lo hacía Eto’o ni casi como lo hacía Henry en ese año mágico de las 6 copas. Tiene mucho talento y desborde pero de momento aún no ha sido determinante, quizás por lo que condiciona jugar al lado de Messi. Ahora tiene la oportunidad de demostrar su potencial real pero no está consiguiendo la complicidad de sus compañeros. Messi antes de la lesión no presionaba, sencillamente se desconectaba en transición defensiva. Alexis sí que da todo su esfuerzo pero Pedro hace tiempo que no está bien físicamente. Con poca presión tanto de delanteros como de medios es normal que los contrarios generen opciones con más facilidad y este Barcelona no destaca por su fortaleza defensiva.

El “Tata” Martino se encuentra en un atolladero. Por rendimiento y convicción debería mandar al banco a nombres ilustres y empezar a construir de nuevo pero las presiones del entorno se lo impiden. Esa gente que ha dado tantos éxitos al club ahora condiciona las alineaciones del entrenador e impide repetir el ciclo triunfal del que venimos. No se puede hablar de fin de ciclo porque eso implicaría que ha habido cambios. De momento sólo estamos viendo como languidece un proyecto que ha sido seguramente el mejor de la historia del futbol. Lo que hace falta ahora es empezar a tomar las decisiones que ya se deberían haber tomado. Las renovaciones de Xavi y Puyol con unos salarios desorbitados son errores estratégicos que pueden condicionar la estructura salarial del grupo. Empezar a valorar lo que se puede ofrecer y no lo que se ha ofrecido es el primer paso para construir un nuevo proyecto de éxito.

O mucho cambian las cosas o los azulgrana sólo podrán disputar los títulos locales. En Copa si se cruza un Atlético, un Madrid o incluso algún equipo que ejecute bien la presión arriba y no conceda demasiado en defensa puede dejarlo fuera. En Liga pueden ser claves los resultados europeos. Si caen en octavos o cuartos, nada descabellado viendo el rendimiento del equipo y la exigencia europea, se podrán concentrar en la Liga e intentar arreglar una temporada que se ha visto condicionada de antemano por el trabajo en los despachos. Sin querer sonar parecer alarmista creo que desde el club ya piensan en ésta como una temporada de transición y preparan para el 2014 un nuevo entrenador que bien podría ser Frank de Boer. El tiempo dirá.